La Palabra del domingo: ¿Quién es este?
Domingo XIV del tiempo ordinario
Del Evangelio según san Marcos (6, 1-6)
En aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro:
“¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?”
Y estaban desconcertados.
Pero Jesús les dijo:
“Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa”.
Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos.
Palabra del Señor.
Comentario:
Jesús no pudo hacer muchos milagros en Nazaret a causa de la falta de fe de aquella gente. La fe es la fuerza que nos incorpora a la actuación de Dios en la vida del mundo. No se trata sólo de creer en la existencia de Dios, sino de que mi existencia se mueva en Él.
En el original griego, “milagros” o “prodigios” se dice dynameis, mover. Los milagros de Jesús son un “poner en movimiento”. Lo contrario a esto es quedarse estancado, dejar todo como está, perder la oportunidad de crecer hasta Él.
El mayor milagro en nuestros tiempos de apatía y desesperanza es la renovación de la vida quienes dejamos que Dios actúe en nosotros, nos desafíe y nos envíe al mundo como sus profetas de hoy. Esto exige radicalidad, confianza y valentía, los cuales ya están latentes en nosotros. Basta romper la inercia para activarlos…
¿Estoy dispuesto a responder a la actuación de Jesús en mi vida y dejarme renovar por el Evangelio?
Es una alegria recibir el evangelio enviado por nuestro recordado padre Christian. Gracias ! Margarita ,desde La Boyera
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