La palabra mariana: Vivía de fe como nosotros
Sábado 25 del tiempo ordinario
¡Cuánto habría querido ser sacerdote para predicar sobre la Virgen! Una sola vez habría sido suficiente para decir todo lo que pienso en este sentido.
Primero habría hecho entender qué poco conocemos su vida. No hace falta decir cosas inverosímiles o que no sabemos; por ejemplo, que de pequeña , a los tres años, la Virgen se ha ofrecido a Dios en el Templo con sentimientos ardientes de amor del todo extraordinarios; mientras quizá haya ido allí solamente por obedecerá sus padres… Para que una homilía sobre la Virgen pueda agradarme y hacerme el bien, hace fa, hacernos ver sus virtudes, decir que vivía de fe como nosotros, dar pruebas de esto mediante el evangelio en el que leemos: “No comprendían sus palabras” (Lc 2, 50). Es muy misteriosa esta palabra: “Sus padres se impresionaban de lo que se decía sobre él” (Lc 2, 33). Este asombro supone maravillarse de cierta manera, ¿no es cierto?
Santa Teresa del Niño Jesús