La Palabra de hoy: Vida
Miércoles III de Pascua
Porque la vida necesita ser alimentada. Porque necesitamos fuerzas en nuestra lucha espiritual. Porque tenemos que reconocer que sólo puede venir de Dios la ayuda más alta que esperamos. Por todo eso, Jesús mismo nos ofrece su alimento, se hace Él mismo nuestro alimento: El Pan de la Vida.
Recibir el pan de Cristo significa vivir en la humildad de quien se reconoce necesitado de la ayuda de Dios. Por eso mismo implica vencer toda autosuficiencia, toda pretensión de absoluto en nosotros mismos. La Eucaristía es Pan para el camino, pues la vida no se detiene: El que la quiere ha de levantarse y luchar cada día por ella y proyectarla hacia su meta: La eternidad.
Hoy tomaré conciencia de la necesidad que tengo de recibir la Eucaristía para encontrar en Cristo la fuerza que vence al mundo