La Palabra de hoy: Hacia la luz
Miércoles II de Pascua
† Lectura del santo Evangelio
según san Juan (3, 16-21)
Gloria a ti, Señor.
“Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el Hijo único
de Dios.
La causa de la condenación es ésta:
habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran.
En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
Nuestra participación en la Resurrección de Cristo implica una opción. El amor de Dios es don gratuito, pero no barato: Nos exige una respuesta en consecuencia. Así participamos nosotros de sus obras de libertad. Momento a momento tenemos la oportunidad de dejar a un lado la oscuridad de una vida sin amor eligiendo la infinita belleza de Dios. ¡No dejemos de llenarnos de esta inmensa bendición!
¿Cuáles son esas «obras de la luz» que puedo practicar hoy?