La Palabra de hoy: Cargar la cruz
Jueves después de Cenizas
Lucas 9: 22 – 25
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22 | Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día.» |
23 | Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. |
24 | Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. |
25 | Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina? |
Comentario:
«Elige la vida y vivirás», nos dice el Señor en la primera lectura. Inmediatamente, el Evangelio nos invita a negarnos a nosotros mismos tomando cada día nuestra cruz. ¿Cómo se entienden estas dos invitaciones divinas que parecieran excluirse entre sí? ¿Acaso no es la cruz la contradicción de la vida plena que esperamos alcanzar? Para quien ve la vida superficialmente pudiera parecer que sí hay contradicción. En cambio, quien asume con disponibilidad las cargas de la vida, sin buscar subterfugios y falsas escapatorias, sabe bien que sólo tiene valor lo que ha costado esfuerzo y sacrificio. Quien une sus propios dolores cotidianos al dolor redentor de Jesús en la cruz, sabe dónde esta la verdadera fuente de la VIDA y nunca quiere alejarse de ella.
¿Paso de la muerte a la vida uniendo mis dolores al sacrificio de Jesús?