FELIZ AÑO 2013
«Navidad: la venida del Salvador.
Él viene en la oscuridad de la noche,
y su presencia es fuente inmediata de luz y alegría (cf. Lc 2,9-10).
Verdaderamente, allí donde no resplandece la luz divina
el mundo está en sombras.
Realmente, el mundo está en la oscuridad
allí donde el hombre no reconoce ya su vínculo con el Creador,
poniendo en peligro asimismo
su relación con las demás criaturas
y con la creación misma.
El momento actual está marcado lamentablemente
por un profundo malestar y por diversas crisis:
económicas, políticas y sociales, que son su expresión dramática. […]
[…] El nacimiento del Príncipe de la paz
nos enseña que la vida no termina en la nada,
que su destino no es la corrupción,
sino la inmortalidad.
Cristo ha venido
para que los hombres tengan vida y Vida abundante (cf. Jn 10, 10).
«Sólo cuando el futuro es cierto como realidad positiva,
se hace llevadero también el presente».
Animada por la certeza de la fe,
la Iglesia sigue […] la doble intención que el Concilio Vaticano II
–del que este año se celebra el 50 aniversario–
ha definido claramente:
proclamar la altísima vocación del hombre
y la divina semilla que en él está presente,
y ofrecer al género humano
una sincera colaboración
para lograr la fraternidad universal
que responda a esa vocación.
En este espíritu,
os renuevo a todos y a los miembros de vuestras familias
mis felicitaciones más cordiales por el nuevo año.»
BENEDICTO XVI, Discurso al Cuerpo Diplomático, 9 de enero de 2012.