Lunes 17 de octubre
La Palabra de hoy: Desprendimiento
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (12, 13-21)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: “Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia”. Pero Jesús le contestó:
“Amigo, ¿quién me ha puesto como juez en la distribución de herencias?” Y dirigiéndose a la multitud, dijo: “Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea”.
Después les propuso esta parábola: “Un hombre rico tuvo una gran cosecha y se puso a pensar: ‘¿Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha? Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahí mi cosecha y todo lo que tengo.Entonces podré decirme: Ya tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date a la buena vida’.
Pero Dios le dijo: ‘¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?’ Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que vale ante Dios”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
La Primera Lectura nos habla de cómo Abraham pudo justificarse a través de su fe. Así él “se hizo rico de lo que vale ante Dios”. Nos preocupamos de alcanzar tantas cosas en esta vida: dinero, respeto, reconocimiento. Necesitamos más bien poner el énfasis en “lo que nunca nos será arrebatado”: nuestra unión con Dios.
¿Cuáles bienes debo relativizar en mi vida para dar el mayor valor a lo que nunca pasa? ¿De qué cosas debo deprenderme para ganar ese tesoro en el cielo que nunca se corrompe?